¿Qué son los cristales?
Un cristal es un cuerpo sólido que se creó al mismo tiempo que la tierra y que ha ido cambiando a medida que lo ha hecho el planeta. Son, por tanto, el ADN de la tierra, una biblioteca en miniatura que almacena todo el desarrollo y transformación que ha experimentado nuestro planeta desde sus inicios.
Los cristales han sido usados desde hace miles de años no sólo como ornamentación por su belleza, sino también por su significado sagrado, de hecho, en la antigüedad eran más valorados por sus propiedades curativas que por su belleza.
Los cristales actuales tienen el mismo poder que en la antigüedad y podemos usarlos desde con fines decorativos o, simplemente tenerlos cerca de nosotros, para potenciar nuestra energía, limpiar el espacio que nos rodea o atraer riqueza.
Curación con cristales
Desde hace milenios se ha recurrido a los cristales para curar y aportar equilibrio, ya que funcionan mediante resonancia y vibración.
Los cristales curan holísticamente, es decir, abarcan todos los niveles del Ser (la parte física, emocional, mental, y espiritual)
Realinean la energía, disuelven la alteración llegando hasta la raíz del desequilibrio.
Los cristales trabajan por vibración, penetrando en el cuerpo físico y activando los puntos de unión con los chakras. Equilibrar los chakras permite aliviar muchos de los estados que crean las enfermedades psíquicas y psicológicas.
Los cristales han estado vinculados con ciertos órganos y partes del cuerpo desde hace miles de años. La medicina tradicional china y el Ayurveda indio (ambos con más de 5000 años de antigüedad) siguen recurriendo en sus recetas modernas a los cristales que se mencionan en los textos antiguos.
Por ejemplo al hematite se le atribuyen propiedades calmantes del espíritu y que combate el imsonmio (también la amatista es adecuada para mejorar trastornos del sueño).
El cuerpo humano está diseñado para estar sano y esa es su auténtica naturaleza, la mayoría de las enfermedades son consecuencia de una combinación de factores que pueden ir, desde una alteración de las emociones o la mente hasta una señal de desconexión espiritual. En ocasiones, el simple hecho de colocar un cristal entre tu persona y la fuente que pueda estar provocando una alteración del campo ambiental como ordenadores, móviles etc, puede transformar la energía increíblemente, aunque eso no significa que no debas seguir profundizando en la causa de la enfermedad y acudir a un terapeuta cualificado y experimentado.
